Cuando una empresa de persianas donostiarra pudo fabricar el primer avión de España
«Herederos de Ramón Múgica», fundada en el año 1877, era una empresa de carpintería industrial de larga tradición en Donostia. Fundada por Ramón Múgica, se dedicaba también a la fabricación de barriles para el almacenamiento y transporte de vino en un “sistema privilegiado que tiene D. Ramón Múgica de San Sebastián”, según comentaban en el Anuario de Industria e Invenciones de 1897.
Su espíritu emprendedor les llevó a introducir con gran éxito la persiana enrollable en España al comprar la patente inglesa de la misma, que como aseguraban, disponía de «ventajas constructivas y de uso sobre las tradicionales empleadas hasta ese momento, las persianas de librillo«. De su primera ubicación en la calle Miramar del barrio de Gros, se trasladó a la calle Duque de Mandas en Atocha por la necesidad de ampliar sus instalaciones ante el aumento de las ventas.
Tras finalizar la primera Guerra Mundial se especializó en la fabricación de vagones de tren, llegando a fabricar 200 vagones al año, y compitiendo con la cercana CAF de Beasain. Su especialidad eran aquellos destinados al transporte de mercancías en general, ganado, y cisternas, aunque también desarrolló unidades para el transporte de personas. A comienzos de los años 70, la empresa trasladó sus instalaciones a Irun, pero la crisis del transporte de mercancías de los años noventa, y la consiguiente falta de pedidos llevaron al cierre definitivo de la empresa.
Para los aficionados al futbol, la famosa Peña Mujika de la Real Sociedad coge su nombre de la grada sur del antiguo estadio de Atocha, que colindaba con las instalaciones de la empresa.
El casi-primer avión de España
Tras asistir a una exhibición en Pau del pionero de la aviación Wilbur Wright, tres amigos donostiarras aficionados al motor, Vicente Ameztoy, Felipe Azcona y Juan Múgica, hijo de Ramón Múgica, el fundador de la empresa, emprendieron la aventura de construir el primer avión de España.
Aunque ninguno era ingeniero de formación ni contaba con experiencia en aviación (bueno, quitando los hermanos Wright, poca gente contaba con experiencia en ese campo en 1909), se lanzaron a construir un biplano en las instalaciones de Herederos de Ramón Múgica.
El aeroplano, al que pusieron de nombre A.M.A. (por Ameztoy, Múgica, y Azcona) estaba construido en pino canadiense y tenía un tamaño de 8 metros de largo,13 metros de envergadura y un ancho de ala de 2,15 metros, lo que le hacía algo mas grande que el de los hermanos Wright, pero a diferencia de éste, no contaba con timón de cola.
El avión estaba propulsado por un motor de cuatro cilindros de automóvil (probablemente demasiado pesado para el aparato) de 40 cv que generaba la potencia suficiente para mover dos hélices de madera de 2,7 metros de diámetro.
Lo inusual de su aventura les hizo ser “blanco de dulces pitorreos que ellos aguantaron con más o menos resignación: con más Ameztoy y Múgica, y con menos el gran Felipe” y tener que soportar la incredulidad de los lugareños, “¿volará? ¿No volará? Tal es la pregunta en boca de todos los donostiarras” según contaban en el Heraldo de Madrid.
Para la aventura en sí, nada mejor que seguir la crónica de los acontecimientos según lo relataron los medios de comunicación de la época:
“Los Sres. Ameztoy, Azcona y Múgica, conocidos esportmeen (sic) donostiarras han recorrido hoy la extensa llanura alavesa para elegir un lugar en condiciones donde verificar las pruebas del biplano del que son inventores”. (ABC, 26 de Mayo 1909)
Los Sres. Azcona, Múgica y Ameztoy han telegrafiado desde San Sebastián manifestando que todo lo tienen dispuesto, esperando sólo la conclusión de la barraca para trasladarse a esta. Ya se ha designado el sitio en el campo de Lacua, donde se armará el biplano y se verificarán las pruebas” (ABC, 5 Junio 1909)
“En un almacén de maderas ha extendido sus blancas alas el elegante pájaro artificial que solamente espera la aplicación del motor y hélices que le infundan un soplo de vida. Se asegura que en los últimos días del mes actual, se verificarán las pruebas del biplano A.M.A.«(Heraldo de Madrid 10 de Junio 1909)
“El motor para el biplano A.M.A. ha llegado de París, el lunes próximo se enviará a Vitoria”. (ABC 12 de junio de 1909)
“Con motivo de haberse terminado las obras del hangar y del aeródromo fueron ayer obsequiados con una comida los obreros que han tomado parte en su construcción. Hoy llegaron en automóvil el distinguido deportista donostiarra D. Vicente Ameztoy, D. Juan Múgica y D. Felipe Azcona, inventores del biplano A.M.A. cuyas pruebas darán comienzo a fines de la semana próxima. Se han verificado las pruebas del motor dando excelentes resultados. El suceso despierta gran interés, por ser las primeras pruebas que se verifican en España. Se anuncia la llegada de numerosos forasteros , y se dice que vendrá el Rey a presenciar los experimentos. La Prensa regional y extranjera envía corresponsales al campo de aviación, en donde se están construyendo tribunas.» (Heraldo de Madrid, 20 Junio 1909)
Pero la carrera por ser los primeros se complicaba. El 12 de junio, el mismo diario ABC informaba de que otro avión se estaba construyendo en Pinar de Antequera por el Capitán de Ingenieros Sr. Canella, lo que aceleró los trabajos de los donostiarras con la intención de ser los primeros en hacer volar un avión de fabricación propia.
“Al atardecer sacó del hangar sobre una vagoneta el aeroplano A.M.A., tripulado por el Sr. Ameztoy. Marchó largo trecho hasta llegar a perder tierra, pero en el momento en que todos creían que iba a elevarse y a volar, una pequeña avería en el motor hizo que se suspendiera la prueba”. (ABC 5 agosto 1909)
El Correo de ese mismo día se extendía un poco más en la noticia, y detallaba un poco más la “avería”
“Ante una gran concurrencia se han hecho esta tarde las pruebas del lanzamiento del biplano AMA. Colocado el aparato aviador en la vagoneta de lanzamiento se puso en marcha el motor de vapor durante media hora para comprobar la regularidad del funcionamiento. A las ocho de la noche Ameztoy se sienta en el aparato.
El público prorrumpe en aplausos y aclamaciones. Azcona suelta el aeroplano, que se desliza veloz por la pendiente hasta perder tierra. El vuelo de salida es muy rasante y el aviador, para evitar el choque con un carro, hace funcionar el timón, que no obedece, por cuya razón se ve precisado a parar el motor. Las pruebas definitivas se aplazan para mañana por echarse la noche encima.” (El Correo, 5 de agosto de 1909).
Un carro que pasaba por allí, por tanto, contribuyó al fracaso de la aventura aérea de los donostiarras, que tan solo consiguieron que el aeroplano se elevara unos pocos centímetros del suelo. Aunque realizaron unas nuevas pruebas pasados unos días, no consiguieron nunca volver a elevar el avión.
Menos de un mes después, el 5 de septiembre de 1909 el valenciano Juan Olivert Serra realizó el primer vuelo a motor en España en Paterna, a las afueras de Valencia. El vuelo consistió en apenas 40 metros de desplazamiento durante los cuales el avión se elevó menos de medio metro. Aterrado por el vuelo, no volvió a intentarlo nunca más.
Una última curiosidad: el poeta donostiarra Gabriel Celaya, Premio Nacional de las Letras Españolas cuyo nombre real era Rafael Gabriel Juan Múgica Celaya Leceta, era nieto del fundador de la empresa, Ramón Múgica. Ingeniero de profesión, ejerció como director de la misma hasta que decidió dedicarse a la poesía (nunca mejor dicho) en 1956.
Fuentes
Biblioteca Nacional de España-hemerotecadigital
http://informesdelaconstruccion.revistas.csic.es
http://historiastren.blogspot.com
www.gabrielcelaya.com
https://gordegia.eus/
Wikipedia